El hombre, es corona de la Creación. El hombre refleja la imagen de
Dios en él. El hombre es la máxima expresión del poder de Dios; aunque
dañada y deteriorada la imagen del Señor sigue vigente en cada ser
humano, sin
importar que sea hombre o mujer, sabio o indocto, rico o pobre y sin importar el color de su piel.
El hombre ha sido coronado de honra (vr. 5). Posee un alma viviente=
consciencia, inteligencia, sabiduría, voluntad, emociones y
sentimientos, que ningún otro ser creado posee y, mucho menos los
animales, los cuales actúan por instinto.
Dios tiene memoria de él, (vr. 4). El Señor conoce a cada persona por
nombre y su mirada está fija en él. También, está atento a sus
necesidades; Dios nunca olvida a ninguna persona aunque ésta sí se
olvide de él.
El Creador lo visita, (vr. 4 b).Dios visita a la humanidad para
colmarla de bendiciones abundantes, por eso los campos productivos, la
inmensa gama de animales con los cuales el hombre se alimenta y el
hombre disfruta la visita de Dios a nuestro mundo.
Ejerce señorío sobre la obra de Dios, (vr. 6). El hombre es
conquistador de las montañas, los mares, la selva, el desierto y hasta
del espacio exterior. Echemos una mirada a la tecnología y estaremos de
acuerdo que el hombre
creado por Dios ha inventado cosas sorprendentes y majestuosas: ¡Eso es
imagen de Dios en él! Todo está bajo sus pies: Autoridad, dominio,
poder. El hombre ha sido bendecido con la capacidad de gobernar lo que
Dios le ordenó ¡Sobre todo lo creado!
Dios creó tu cuerpo, tu alma y tu espíritu, eres la imagen misma de
Dios. Cuida tu cuerpo, hoy día cuando el mundo promueve una estética y
filosofía de acuerdo a sus intereses económicos y filosóficos, no
precisamente para
bienestar de la persona sino que en muchas ocasiones para dañarla, es
que tú tienes que recordar que existe un Creador y Él está interesado en
tu propia aceptación, tú desarrollo como persona y en la felicidad que
encuentras en él quien es tu Señor.
La Biblia transmite los valores esenciales de la vida que Dios quiere
que vivamos en este mundo que él creó para que seamos felices. No
permitas que la política, la economía, la comercialización, la filosofía
y el diablo te engañen: Tu cuerpo es ¡Templo del Espíritu Santo!
Es a través de tu cuerpo que le rindes a Dios el culto racional. Tu
cuerpo como un sacrificio vivo, santo y agradable al Señor. Muchos
cristianos aseguran que el cuerpo de nada sirve ante Dios, puesto que a
él le interesa nuestra alma, sin embargo, en Romanos12:2 y otros pasajes
bíblicos descubrimos que nuestro cuerpo sí le importa, sobre todo, le
quiere que cuidemos, santifiquemos y demos buen uso a la parte visible
de nuestra naturaleza humana.
Tal vez no consideres este tema como algo muy espiritual.
Aparentemente no lo es, sin embargo, sí lo es, puesto que ninguna
persona puede ser espiritual con un cuerpo descuidado, enfermizo y hasta
posiblemente, en pecado.
Pero un cristiano que cuida de su cuerpo y lo santifica al Señor es
alguien espiritual, alguien que vive una comunión especial con Cristo y
su vida es guiada por el Espíritu.