miércoles, 30 de enero de 2013

El Peligro de la Ira





Las investigaciones en materia de agresividad han mostrado que ésta aumenta cuando es apoyada y alentada. Por eso es erróneo sostener que la agresividad disminuye si se deja estallar la ira. La cólera no reprimida es un comportamiento destructor que se instala y empeora. Dar libre curso a su enojo a menudo conduce a manifestar maldad y herir a nuestros allegados. La irritación reprimida, guardada, es igualmente peligrosa; es una de las principales causas de fracasos escolares, familiares y de conflictos en las empresas.

Entonces, ¿cuál debe ser nuestra actitud si no sabemos controlar nuestra ira? Empezar por reconocerla, pues aquel que la reprime hace nacer en sí mismo sentimientos de amargura y somete su organismo a tensiones perjudiciales. Luego debemos reconocer ante Dios que una cólera que no supimos dominar es un pecado, el cual debemos confesar a Dios. Debemos rogarle que nos enseñe a canalizarla, es decir, a identificar sus causas reales, a saber expresarlas con inteligencia y moderación a fin de buscar una solución con Dios.

En todos nuestros contactos, aprendamos a contenernos y a perdonarnos unos a otros. “La templanza” es un fruto del Espíritu (Gálatas 5:23). Un sentimiento de ira es legítimo frente a todo lo que ofende al Señor. “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”, nos dice el apóstol Pablo (Efesios 4:26).

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia. – Efesios 4:31.

Todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. – Santiago 1:19-20.

domingo, 20 de enero de 2013

Predica La Palabra Con Autoridad


“Cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas”. Mateo 7:28-29
El más grande y famoso sermón jamás predicado, el Sermón del Monte, dejó impresionados y atónitos a los que lo escucharon. El Señor Jesús dejó a la audiencia en un prolongado asombro, por lo que decía y cómo lo decía.
Lucas 4:32 nos dice lo siguiente: “Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad”.

Autoridad, no autoritarismo
Predicar con autoridad, no es fácilmente comprendido por la gran mayoría. Algunos confunden la palabra autoridad con autoritarismo. Tener autoridad no es tener el control, ni es tener influencia sobre las personas ni usar de la manipulación.
El Apóstol Pedro amonesta a los predicadores que cuando prediquemos la palabra lo hagamos “no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey”. (1 Pedro 5:3) Pero, ¿qué quiere decir hablar con autoridad? Para ello, son indispensables los siguientes elementos:
1. Conocer a Cristo y haber tenido una experiencia personal con él.
2. Predica como un Mensajero del Señor.
Conocer a Cristo
La autoridad que se adquiere por medio de la experiencia personal es algo incomparable. La experiencia personal fue un elemento importante para que los Apóstoles tuvieran una enorme autoridad al presentar el mensaje, Pablo nos dice en 2. Cor. 4:13
“Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme
a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por
lo cual también hablamos”.
Ellos conocían a Cristo y habían tenido una experiencia personal con él. Habían sido testigos oculares de la Gloria de Cristo. Y a pesar de las circunstancias adversas que muchas veces tuvieron que enfrentar, nunca se amedrentaron, sino que con más valentía y autoridad hablaban de Cristo. Solamente ponle atención a las palabras del Apóstol Pedro:
“Porque no os hemos dado a conocer el poder y la
venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como
habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad”. 2 Pedro 1:16
Sin este elemento, es imposible ser un predicador de la Palabra de Dios y mucho menos poder presentar el mensaje con autoridad. ¡Debemos anhelar cada día estar contemplando su hermosura y majestad!
Predica Como Un Mensajero Del Señor
No se puede predicar con autoridad sobre lo que no se cree personalmente con todo el corazón. La Biblia es la Palabra de Dios, es por ello que podemos predicarla con autoridad. La autoridad de Cristo Jesús consistía en que “Él predicaba las Sagradas Escrituras”.
Nuestra autoridad radica en Dios y no en nosotros. Cada predicador es un mensajero del Señor, debemos hablar como sus mensajeros y decir con plena certeza: “Así dice el Señor”. Nosotros declaramos las palabras de Cristo y no las nuestras. Dios te ha puesto donde tú estás para declarar ciertas cosas, eres un hombre comisionado y bajo autoridad. Siempre debes saber que vienes a tu congregación como un mensajero enviado.
Es importantísimo tomar en cuenta que, al predicar la palabra del Dios, estamos al igual que un alma rogándole a otra: “Reconcíliate con Dios” (2.Co. 5:20).
Recuerda, esta cualidad no es para abusar del rebaño del Señor, es para declarar el mensaje que nos ha sido encomendado. Lo que sorprendió a la multitud más sobre la enseñanza de Jesús era que hablaba con autoridad ( Mateo 7:28,29). No es que el predicador sea infalible, el predicador no es infalible, sino porque Dios habla a través de él, haciendo afirmaciones sobre la vida de las personas, declarando la verdad con valentía, asumiendo posiciones valientes donde los demás se encogen de miedo.
Que Dios continúe bendiciendo tu vida...

jueves, 17 de enero de 2013

Entierra el Sufrimiento

La vida que Dios nos ha permitido vivir es así, no todo será victoria, es necesario que haya derrotas para aprender de ellas, pero no es bueno que sigas sin superar esas situaciones que lejos de bendecir tu vida, te están causando un daño espiritual.

Tu ritmo espiritual ha bajado a causa de esta situación, el sabor de aquello que un día te sabia exquisito, ahora ha ido desapareciendo poco a poco, pero es el mismo sentimiento de frustración que hay en tu vida debido a esa situación que aun te esta causando daño.

Este año no has podido gozar como hubieses querido, ha habido mucho llanto, lagrimas y sollozos, y la verdad no esta mal llorar, ni derramar lagrimas, pero lo que no esta bien, es que sigas sin superar algo de lo cual Dios te quiere restaurar.

Mientras Dios por todos los medios ha tratado de restaurar tu vida, tú sigues arraigado a ese sentimiento de frustración, mientras Dios ha querido hacer cosas lindas contigo, tú mismo sentimiento de derrota no te ha permitido ver más allá de lo que tus ojos carnales observan.

¡Ya Basta!, ¿Cuánto mas lloraras? ¿Cuánto mas te lamentaras?, ¿Cuántos mas seguirás pensando que no lo podrás superar?, ¿Por qué te das por vencido, cuando ni siquiera lo has intentado?, no te auto limites, no te menosprecies, tus capacidades son tan sorprendentes delante de Dios, que si por un momento lo quisieras ver, te darías cuenta que estas hecho para cosas mayores de las que tu crees.

Es hora de enterrar eso que te abate, eso que te quita el sueño, eso que te roba autoridad de Dios, eso que elimina la sonrisa de tu rostro, llámale como tú quieras: pecado oculto, fracaso sentimental, culpabilidad, falta de perdón, atadura sexual, soledad, llámale como tú quieras, pero esa situación tiene que ser enterrada HOY MISMO.

Y es que estamos a punto de concluir un año y comenzar uno nuevo, ¿Quieres que sea igual a este o peor?, entonces no entierres esa situación que te ha causado tanto mal, pero si realmente quieres que la pagina de tu historia en este nuevo año que comenzara sea distinta, entonces es hora de enterrar ese mal o malos episodios de los cuales fuiste protagonista en este año.

Si le pediste perdón a Dios, El ya te perdono, si estas clamando por superar alguna situación, ten por seguro que Dios esta trabajando en eso en tu vida, sin que tu te des cuenta, si es algo que tu piensas que no puedes dejar, déjame decirte que en Dios TODO lo puedes y que El esta dispuesto a restaurar tu vida y devolverte la autoridad que el enemigo te ha robado.

Este año termina y junto con el enterraremos TODO aquello que no fue de bendición, ni mucho menos de edificación para nuestra vida, todos esos malos episodios que hubiésemos querido evitar, tienen que ser enterrados de una vez por todas, olvidados como que sin nunca existieron, porque Dios que es un Dios de nuevas oportunidades, tiene un año nuevo para ti, con nuevos retos, nuevas propuestas, nuevas misiones y sin duda nuevas bendiciones.

No vale la pena estar recordando mas todo aquello que te daño e hizo que bajaras tu nivel espiritual, es mejor observar todo lo bueno que Dios tiene para ti y los planes hermosos que están trazados para este 2011 especialmente para tu vida.

Es gira de enterrar todo aquello que te ha robado la sonrisa, es momento de comenzar a sonreír de nuevo, más aun cuando Dios tiene HERMOSOS PLANES PARA TI.

Amados, es momento de tomar la determinación de sacar de nuestra vida definitivamente TODO aquello que nos había estado causando daño durante este año, y decirle al Señor:

“Padre, acá esta mi corazón, mi mente y todo mi ser dispuesto a ser renovado en tu presencia, porque este nuevo año que viene se que volveré a sonreír bajo tus alas”. E. M.
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. Filipenses 3:13-14.