martes, 27 de marzo de 2012

Agradece hoy a Dios

La ciencia médica es categórica al afirmar que la gratitud crea endorfinas en el cuerpo humano y que estas son la mejor vitamina para el sistema inmunológico. Agradecer no es solo un acto de adoración, sino también de autoprotección.

Cuando tú le agradeces a Dios por el nuevo día, tu mente y tu corazón se abren a una nueva dimensión de vida. Después de agradecer, tú estás en condiciones de ver puertas y ventanas abiertas, donde antes solo veías muros. Aparecen puentes, donde solo encontrabas ríos caudalosos. El humanismo llama a eso “un cambio de actitud”.

Todas las mañanas, cuando estoy en Brasilia y me dirijo a mi oficina, veo el sol nacer. Se refleja esplendoroso en las aguas azules del lago Paraná. Mi corazón se llena de gratitud por estar vivo. Nunca vi nacer el sol más bonito que en Brasilia, a no ser en la sabana africana. Dan ganas de gritar: “Gracias, Señor, por tanta belleza!” Esa expresión de gratitud es como si tomase un comprimido de optimismo para enfrentar los desafíos del día.

Prueba comenzar hoy el día alabando al Señor. Contando las cosas que recibiste de las manos del Creador, aunque pienses que todo anda mal en tu vida, aunque sientas que el dolor toca a la puerta de tu corazón, aunque aparentemente no tengas motivo.

Es preciso educarse para cultivar una actitud de gratitud. El pesimismo es como el cáncer. Comienza contaminando una célula y no para hasta destruir el cuerpo entero. Un corazón pesimista está condenado al caos. Las obras de la autocompasión te envuelven de modo que eres incapaz de ver la luz en pleno día.

Cuando David escribió este salmo, acababa de ser libertado de sus adversarios. Reivindicado de todas las acusaciones que levantaban contra él, el salmista se dirigió al templo y en la presencia de la multitud, agradeció a Dios.

Haz de este día un día de gratitud. Alaba al Señor porque él es grande. Alábalo porque tú estás vivo y mientras hay vida, nada está perdido. Alábalo, aunque las circunstancias sean adversas. Di con el salmista: “Yo alabaré a Jehová en gran manera con mi boca, y en medio de muchos le alabaré”.

Yo alabaré a Jehová en gran manera con mi boca, y en medio de muchos le alabare. Sal. 109:30. A.B.

martes, 20 de marzo de 2012

¿A quién intentas agradar hoy?

Una vez, un joven estudió violín con un maestro de renombre mundial. Trabajó arduo durante varios años para perfeccionar su talento y al fin llegó el día cuando se le pidió que diera su primer importante recital en público, en la gran ciudad donde vivían ambos, él y su maestro.

Luego de cada selección que él presentaba con gran habilidad y pasión, el violinista parecía receloso ante los grandes aplausos que recibía, aun sabiendo que aquellos en la audiencia eran astutos en la música y no dados a aplaudir presentación alguna que no fuera de calidad superior. El joven actuaba como si no pudiera escuchar el aprecio que era derramado sobre él.

En el cierre del último número, los aplausos fueron estruendosos y se escucharon numerosos Bravos. No obstante, el talentoso joven violinista tenía sus ojos fijos en un solo lugar. Al fin, cuando un anciano en la primera fila del balcón sonrió y asintió con su cabeza en señal de aprobación, el joven se calmó y brilló con alivio y gozo.

¡Su maestro había alabado su trabajo! Los aplausos de miles no significaron nada hasta que él ganó la aprobación del maestro.
¿A quién intentas agradar hoy? Nunca podrás agradar a todos, decide agradar a Aquel que es más importante, tu Padre Dios. Mantén tus ojos en él y no fracasarás.

Perdonar quiere decir ceder tu derecho de castigar a otra persona.

Gálatas 1:10¿Busco ahora el favor de los hombres o el de Dios?

jueves, 15 de marzo de 2012

Guarda tu Corazón

Prov 4:23 Por encima de todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida.

Un versículo muy conocido , pero vale la pena volver a rebuscar un poquito mas en cuanto a la enseñanza que nos puede dejar este versículo, y es interesante como nos provee de principios valiosos que vale la pena recordar para nuestro diario vivir.

Por encima de todas las cosas cuida tu corazón…., la versión reina Valera dice: sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón… en otras palabras ocúpate antes que cualquier cosa en guardar tu corazón, es interesante leer este consejo que escribe el rey salomón como un padre escribe a un hijo.

La palabra corazón utilizada en este versículo no se refiere simplemente al órgano principal del cuerpo humano, si no que cuando nos menciona corazón se esta refiriendo a donde se alojan ideas, emociones, pensamientos. Es de donde salen las cosas buenas o las cosas malas, es lo que puede contaminar al hombre.

Mat 15:18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre

Prov 23 :7 Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.

Somos lo que pensamos y actuamos lo que pensamos.. alguien dijo alguna vez si quieres cambiar tus resultados, cambia tus acciones, si quieres cambiar tu acciones cambia tus pensamientos y si quieres cambiar tus pensamientos guarda tu corazón.

Nada puede salir sin antes haber entrado. Cuando el proverbio nos dice guarda tu corazón nos esta diciendo cuida lo que entra en tu corazón, cuida de que no entren los pensamientos equivocados.

A veces nos hemos acostumbrado o rendido ante pensamientos que no son los pensamientos que vienen de Dios.

Filp 4:8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

No podemos evitar que las aves vuelen por encima de nuestra cabeza, pero si podemos evitar que hagan su nido…. No podemos evitar que los pensamientos equivocados toquen la puerta de nuestro corazón pero si podemos evitar abrirle la puerta.

miércoles, 7 de marzo de 2012

¿Por qué piensas en renunciar?

“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová”

Jeremías 1: 5-8

Era el privilegio que siempre habías añorado, sabias que habías nacido para ello, te propusiste cada día orar porque un día estuvieras allí. Nadie mejor que Dios sabía que era tu gran anhelo, era tu deseo estar sirviendo en esa área, se lo dijiste muchas veces y luchaste por alcanzarlo y ahora lo tienes.

Pero, ¿Por qué ahora quieres renunciar?, ¿Por qué?, ¿Por los comentarios de los demás?, ¿Por qué hay alguien que no quiere que cumplas el propósito para el cual Dios te llamo?, ¿Por qué no te sientes digno de ello?, ¿Por qué no te sientes capaz?, ¿Por qué?
No lo puedo creer, estas a punto de tomar una decisión que no quieres tomar, que si te remontaras a esa época en donde anhelabas ese privilegio ni de broma se hubiera asomado ese pensamiento que en este momento anda rondando tu mente.

Tu no naciste para renunciar, sino para conquistar y avanzar, no puede ser posible que hoy estés pensando en dar un paso atrás, tu muy bien sabes que no es lo correcto, es mas esa inseguridad y ese sentimiento de incomodidad que hay en tu corazón para tomar esa decisión son la confirmación que no es lo mejor para tu vida.

¡Vamos! No renuncies, no eches a la borda algo que con tanto esfuerzo y dedicación lograste, no entregues lo que un día Dios te entrego a ti, porque una cosa debes de saber y es que ese privilegio no fue dado por un hombre, ese privilegio Dios te lo dio.

Tú debes comprender que no le sirves al hombre sino que a Dios, que todo lo que haces es para el Señor y por eso debes seguir realizando lo que un día Dios te encomendó.

Colosenses 3: 23 y 24 dice: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”.

Por favor no renuncies, sigue desarrollando el talento que Dios te otorgo, comentarios negativos siempre habrán, personas que estén en contra de lo que quieres hacer para Dios también, pero tu mirada y tus oídos no están en ellos, sino en el Señor que te dice en esta hora:

NO RENUNCIES, SIGUE ADELANTE, YO ESTOY CONTIGO.

jueves, 1 de marzo de 2012

¿Cuál es mi carga?

En su libro alegórico «El peregrino», John Bunyan describe cómo el hombre cargado con el gravoso peso de sus pecados es liberado de ellos. Esta liberación ocurre en la cruz del Calvario, cuando por la fe contempla a Jesús, quien murió por él y lo salvó completamente. Tal ha sido la experiencia de muchas personas en el transcurso de los siglos. Experimentaron que el Señor Jesús los liberó de la culpabilidad de sus faltas.

Nosotros, los que ya somos creyentes, a menudo sentimos también una carga. Ya no es el peso de nuestros pecados, sino el de nuestras preocupaciones. Nuestro Dios “misericordioso y clemente” (Salmo 103:8) cargó totalmente con nosotros; sin embargo nos cuesta separarnos de nuestras inquietudes entregándolas a Dios. También estamos cargados cuando no conseguimos olvidar las heridas o los daños que nos han hecho… o los que hemos hecho. ¡Es tiempo de liberarnos de esas cargas, confiándolas a Dios en oración! Debemos reconocer ante él los problemas que perjudican nuestras relaciones, perdonar y olvidar.

Hay cargas que debemos echar por la borda: celos, susceptibilidad, inquietud; pero también hay otras que debemos ayudar a llevar: las penas y las cargas de nuestros allegados, hermanos y hermanas en la fe.

Aún hoy Jesús nos dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).

Echa sobre el Señor tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo. -Salmo 55:22.

Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. - Gálatas 6:2.