En las heladas regiones de la América del Norte un indio hacía un
caminito por entre la nieve, y además hacía otra cosa con unas ramas de
abeto.
—¿Qué estás haciendo? —le preguntó un amigo que acertó a pasar por ese lugar.
—Una trampa para conejos —respondió el indio.
—Pero, ¿dónde está la trampa?
—¡Ah! —respondió el indio sonriente. —La trampa no la pondré sino hasta dentro de dos semanas.
Primero
arreglo el caminito de modo que los conejos se acostumbren a él. Por
ejemplo, hoy por la noche vendrán y tendrán temor de pasar por el
caminito; pero mañana se acercarán más, y poco tiempo después uno de
ellos lo cruzará, después caminará por él. Pocas noches después se
familiarizarán con el camino y lo usarán frecuentemente sin ningún
temor. Entonces pondré la trampa en medio, entre las ramas … después
comeré conejo todos los días.
—Ya veo —contestó el amigo
pasajero—, estas usando la misma táctica que Satanás usa con los
cristianos: Primero los atrae a algo que da la impresión de que “no es
malo ni bueno”, y cuando adquieren confianza él los atrapa y destruye.
Muchos
son los cristianos que están continuamente siendo engañados por el
enemigo de sus almas, quien los lleva a caminos que parecen atractivos
que finalmente producirá su destrucción. Puede ser una amistad, una
película, una lectura o el internet. Dios te ha dado la capacidad para
decir no y no permitir que seas arrastrado sutilmente. Recuerda, Cristo te llamó a una vida totalmente victoriosa.
En el desierto cedieron a sus propios deseos;en los páramos pusieron a prueba a Dios. Salmo 106:14
Dichoso
el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la
corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. Santiago 1:12