martes, 17 de mayo de 2011

Los Últimos Cinco Minutos



Si te levantas por la mañana tan agotado como cuando te acostaste la noche anterior, intenta recordar en qué estabas pensando los últimos cinco minutos antes de dormirte. Lo que pienses durante esos cinco minutos, va a impactar tu dormir y esto determinará cómo será el próximo día.

Cuando duermes, tu percepción consciente descansa, pero tu mente inconsciente permanece activa. Los sicólogos se refieren al subconsciente como el “subdirector auxiliar de la vida.” Cuando la mente consciente está “fuera de acción”, la subconsciente asume el control. El subconsciente cumple con las órdenes que recibe, aún cuando no estés al tanto de ello.

Por ejemplo, si los últimos minutos antes de dormir los inviertes preocupándote, el subconsciente graba este sentir, lo cataloga como temor y entonces actúa como si fuera realidad. Como resultado, los músculos permanecen en tensión, los nervios están de punta y los órganos del cuerpo se alteran, lo que significa que el cuerpo no está descansando en realidad.

Sin embargo, si esos últimos minutos son invertidos en contemplar una gran idea, un verso inspirador o un pensamiento calmado y alentador, el sistema nervioso interpretará: “Todo anda bien”, y pondrá el cuerpo en un estado de relajamiento y paz. Esto te ayuda a despertar estimulado, fortalecido y confiado.

Muchos de los días que comienzan mal, se deben a la noche anterior, a esos últimos cinco minutos críticos de pensamientos consciente. Tú puedes afectar tu mente consciente con ideas saludables y positivas y preparar así el camino para una noche de verdadero descanso, si meditas en la Palabra de Dios al retirarte a dormir. Por ejemplo, podrías reflexionar en:

Salmo 91:1-2
El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío, mi Dios, en quien confiaré.

Salmo 4:8
En paz me acostaré, y así mismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.

¡Felices sueños!

domingo, 8 de mayo de 2011

La Mamá más mala del Mundo

Yo tuve la mama más mala de todo el mundo. Mientras que los niños no tenían que desayunar, yo tenía que comer cereal, huevos y pan tostado.

Cuando los demás tomaban bebidas y dulces para el almuerzo, yo tenía que comer legumbres.

Mi madre siempre insistía en saber donde estábamos. Parecía que estábamos encarcelados. Tenía que saber quienes eran nuestros amigos.

Insistía en que si decíamos que íbamos a tardar una hora, solamente nos tardaríamos una hora.

Me da vergüenza admitirlo, pero hasta tuvo el descaro de romper la ley contra el trabajo de los niños menores. Hizo que laváramos la vajilla, tendiéramos camas, y aprendiéramos a cocinar y muchas cosas igualmente crueles.

Creo que se quedaba despierta en la noche pensando en las cosas que podría obligarnos a hacer. Siempre insistía en que dijéramos la verdad y solo la verdad.

Para cuando llegamos a la adolescencia ya fue mas sabia, y nuestras vidas se hicieron aun mas miserables, se volvió posesiva.

Nadie podía tocar la bocina del automóvil para llamarnos. Nos avergonzaba hasta el extremo, obligando a nuestros amigos a llegar a la puerta para preguntar por nosotros.

Mi madre fue un completo fracaso. Ninguno de nosotros ha sido arrestado. Cada uno de mis hermanos ha servido a su patria, y " A QUIEN DEBEMOS CULPAR DE NUESTRO TERRIBLE FUTURO? Tienen razón, a nuestra madre.

Vean de todo lo que nos hemos perdido. Nunca hemos podido participar en una demostración y actos violentos y miles de cosas mas que hicieron nuestros amigos.

Ello nos hizo convertirnos en adultos educados y honestos. Usando esto como ejemplo, estoy tratando de educar a mis hijos de la misma manera.

Verán doy gracias a Dios por haberme dado "LA MAMA MÁS MALA DEL MUNDO".